Manejo de Emociones en la Odontología

PsicoOdontología

En la odontología, es importante identificar y reconocer las emociones propias y las del entorno; pero ¿Cómo puedo manejar mis propias emociones y mis conductas?

Ante todo, resulta importante destacar que las emociones no se pueden evitar, debido a que tienen una función evolutiva biológica, asociada a la supervivencia. De hecho, en los seres humanos existe una parte del cerebro denominada amígdala, la cual se encarga de generar las emociones automáticas, que se caracterizan por la agresión o la huida ante estímulos considerados como una amenaza potencial. Por lo tanto, resulta difícil controlar a voluntad el origen de las emociones, no obstante, pueden gestionarse a conveniencia.

Dentro del campo odontológico, se interactúa con las emociones propias, las del equipo de trabajo (odontólogos, asistentes dentales, técnicos dentales, personal administrativo) y las del paciente con sus acompañantes; por lo cual, resulta indispensable cultivar y desarrollar habilidades sociales, vinculadas con el manejo de las mismas.

Las emociones primarias

En la actualidad, se acepta la teoría de las 5 emociones básicas, las cuales pueden evolucionar y producir otros sentimientos más complejos; a saber:

  1. Enfado (rabia, enojo, furia).
  2. Miedo (anticipación de una amenaza o peligro real o imaginario).
  3. Alegría (sensación de bienestar y de seguridad).
  4. Tristeza (pena, soledad, pesimismo).
  5. Aversión (disgusto o asco).

En odontología, cada una de estas posee un rol importante en la realidad que experimentan, tanto los pacientes, como todo el personal asociado a la rutina diaria de trabajo. Por lo cual, cualquier circunstancia que nos moleste, perjudique o simplemente nos disguste, puede generar: ira, enojo, irritación, odio o resentimiento, lo nos conlleva a realizar acciones con consecuencias negativas para el clima organizacional y el bienestar personal.

Gardner, Armstrong y Goleman han sido algunos de los promotores del cambio de paradigmas, al resaltar la importancia de las emociones en el desenvolvimiento de la persona, evidenciando además otros tipos de inteligencia como la emocional. De esta forma, la correcta gestión o manejo de las emociones incide en el éxito personal y laboral, específicamente en las relaciones interpersonales; donde, los sujetos emocionalmente expertos conocen y conducen adecuadamente sus propios sentimientos y tratan en forma efectiva los sentimientos de los demás.

La regulación emocional

La regulación emocional adaptada al ambiente odontológico propone manejar las emociones de forma apropiada, al concientizar la relación entre la emoción, la cognición y el comportamiento, para lo cual se sugieren los siguientes pasos:

  • Percepción, evaluación y expresión de emociones: Habilidad para identificar las emociones, los estados y/o las sensaciones fisiológicas-cognitivas que estas conllevan; asimismo, abarca la capacidad de expresar los sentimientos y las necesidades asociadas en el momento y de la forma adecuada. Para ello, es recomendable realizar un diario de emociones para tomar conciencia de éstas. El autoconocimiento emocional (darse cuenta de las propias emociones), la aceptación (sin cuestionamiento o reproches) y el efecto que éstas tienen sobre el comportamiento permite iniciar la regulación de las mismas.
  • Asimilación o facilitación emocional: considerando que las emociones moldean y mejoran el pensamiento, al dirigir la atención a la información realmente significativa, se promueven cambios de perspectivas y nuevos puntos de vista.
  • Comprensión y análisis de las emociones: Etiquetar los sentimientos y reconocer en qué categoría se agrupan, permite estudiar las causas que las generan y las consecuencias (acciones) de estas.
  • Regulación consciente emocional: se sugiere centrarse e intensificar las emociones positivas, moderando y otorgándoles el debido valor a las negativas, sin rumiar en ellas, adoptando así una actitud optimista.

El manejo de las emociones brinda la posibilidad de que las mismas jueguen a nuestro favor, al utilizarlas de forma inteligente para beneficio propio, de modo que nos ayuden a manejar o conducir nuestra conducta y pensamientos, con un impacto positivo en ambiente de trabajo, mejorando así la productividad y rentabilidad de la clínica dental.

“Debemos aprender a conocernos y aceptarnos a nosotros mismos para poder entender a los demás”.


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