Remociones de tejidos u órganos, extirpaciones, ablaciones, extracciones (simples o complejas), biopsias (totales o parciales), incluso los tratamientos endodónticos… pueden generar un sentimiento de vacío en los pacientes odontológicos. Actualmente, los traumatismos (accidentes), el cáncer oral, la caries dental, las enfermedades periodontales y otras patologías bucales pueden requerir tratamientos invasivos, agresivos o drásticos, con un impacto físico y psicológico negativo, con el subsecuente “duelo”. ¿Qué hacer en estos casos?, ¿Cómo abordar estas situaciones?
El duelo consiste en un proceso de adaptación emocional posterior cualquier pérdida, con implicaciones en la dimensión física, cognitiva y de la conducta del ser humano; siendo el periodo que abarca desde que ocurre la pérdida, en algunos casos incluso desde antes, hasta que se supera la misma. Tradicionalmente, el duelo se vincula estrictamente con la muerte; no obstante, este fenómeno también puede asociarse a otros eventos o circunstancias que se interpretan como pérdida; de hecho, se han categorizado diversos tipos de pérdida, como: relacionales, materiales, evolutivas y de capacidades.
En Odontología, suelen ocurrir pérdidas de capacidades físicas, asociadas a extirpaciones, amputaciones o mutilaciones de algún órgano (dientes, lengua), miembro o parte de la cabeza y el cuello, generadas por enfermedades, accidentes o negligencia. Y aunque en la actualidad se pueden realizar tratamientos como injertos, implantes o prótesis, el paciente entiende que lo original ya no está (ausencia-vacío), provocando un cambio funcional y estético en la dinámica diaria del paciente.
Etapas del duelo
De esta forma, el duelo de estos pacientes, de acuerdo al modelo propuesto por la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross (1969), puede transcurrir a través de cinco (5) etapas, las cuales pueden no presentarse de manera secuencial (orden) o no manifestarse todas; a saber:
- Negación: no se acepta, ni reconoce la realidad (de forma consciente o inconsciente), siendo un mecanismo de defensa normal de la persona para escapar del sufrimiento que ocasiona afrontar la pérdida.
- Cólera: caracterizada por la rabia; la cual, puede expresarse de múltiples formas, culpándose, responsabilizando a los demás o proyectando ira contra personas, animales u objetos.
- Negociación: la pérdida conlleva a negociar y adquirir nuevos compromisos, los cuales tienden a compensar o reducir el dolor del momento; sin embargo, pocas veces proporciona una solución sostenible a futuro.
- Depresión: etapa de gran tristeza y crisis emocional.
- Aceptación: se caracteriza por el desapego emocional y la comprensión real de lo sucedido, logrando así aceptar la situación de pérdida; considerando los recursos psicológicos que posee cada persona para lograrlo.
¿Cómo superarlo?
Por lo tanto, psicológicamente se proponen las cuatro tareas (William Worden), para superar el duelo; pudiéndose aplicar al contexto odontológico:
- Aceptar la realidad de la pérdida.
- Trabajar las emociones y el dolor de la pérdida.
- Adaptarse a realidades diferentes.
- Recolocación emocional de lo perdido y continuar viviendo.
Cabe destacar, que no todas las pérdidas generan duelo, dependiendo de los recursos, herramientas y las variables psicológicas (autoestima o habilidades sociales) de persona. La odontología moderna e interdisciplinaria exige que el equipo dental conecte de forma genuina con sus pacientes (empatía), comprendiendo sus problemas, dolencias y padecimientos; por lo tanto, dicho equipo tiene que estar familiarizado en el proceso de duelo, para entender y actuar ante las pérdidas que pueden desencadenar los tratamientos bucodentales
